CARTAS POST INDIA 2018

SI TU SUPIERAS...

Esta podría ser la forma de empezar cuando pienso desde casa en la salvajada de mes que he vivido con lo que se ha convertido en una gran familia: HAKUNA.
Volver a supuesto someterse a un constante bombardeo de preguntas: ¿qué tal ha estado la experiencia? ¿te ha chocado mucho? ¿ha sido duro? ¿mucha pobreza? ¿ha supuesto un antes y un después en tu vida? ¿habéis estado con las sisters? ¿habéis hablado con ellas?
Ante estas preguntas encontraba una media sonrisa dibujándose en mi cara y un pensamiento cruzándome la mente: Si tú supieras…
 
Si tú supieras lo que significa que 193 personas se conviertan en familia, en una mano que te ofrece ayuda y apoyo, en una sonrisa que te da fuerza, en un abrazo, en un “¿qué tal estás?” sincero, en testimonios que te hacen abrir los ojos a cosas que no te habías planteado nunca o que no habías dado el enfoque adecuado…
 
Si tú supieras lo que significa ver a gente con su botella de suero que se va del dolor pero siguen caminando con todos porque somos UN equipo, que caminando por el desierto carguen con tu mochila o tú con la de otro, que empiecen a cantar a pleno pulmón y que eso te dé un buen chute de energía para seguir el camino, que te pongas a andar con gente y que salgan conversaciones apasionantes, que conectes con gente con la que no habías cruzado una palabra nunca antes…
Si tú supieras lo que significa sentirse una parte del grupo, de una familia que sin ti está incompleta.
Si tú supieras lo que significan las palabras: equipo cocina y menú vegetariano…
Si tú supieras lo que es una imitación Mc Joseph a lo “Hombreeeeee, qué tal, qué talllll??”
Si tú supieras el juego que dan la pasta y el arroz, los cereales a escondidas fuera del desayuno, los croissants de chocolate que no saben a chocolate…
Si tú supieras la maravilla que es adentrarte en la noche del desierto, caminar con esa brisa fresca azotándote la cara, bajo un cielo estrellado y con un indio en chanclas a la cabeza… Llegar y celebrar Misa sobre un mar de dunas, bajo una bóveda de pequeñas y tintineantes luces encabezadas por una Luna grande y redonda. Dios, GRACIAS.
Si tú supieras lo que es dar las gracias o que te agradezcan algo de corazón sin parar, 24h al día!...
Si tú supieras lo que es el dolor de la risa por infinidad de chistes malos y lo que da de si un par de guitarras...
 
Si tú supieras lo que significó estar en un tren 33h, noches y días enteros en autobuses de hojalata… con celebraciones de cumpleaños, revolcaderos improvisados, paisajes espectaculares, Misa en un vagón cual “sardinas en lata”, distendidas conversaciones, trayectos subidos en el techo del autobús o sacando las piernas por la puerta del tren…
 
Oh Dios, ¡si tú supieras lo que es sentirse bien, sentirse libre, sentirse pleno!
Si tú supieras lo que es un testimonio... la suerte de que haya peña tan grande como Luis, Caro, Ana… que tienen un corazón y una fortaleza monumental, valientes que te tienen a Ti, Señor.
Si tú supieras lo que es ver que el amor sin sentir es amor…
Si tú supieras lo que es adentrarse en la mirada de un niño indio, en esos dos luceros negros que te desarman y que te hacer replanteártelo todo; sentir impotencia por la imposibilidad de cambiar la situación y pequeñez porque todo te viene grande.
Si tú supieras lo que significó tener la suerte de ir a Calcuta, donde aún continúa la entrega de una grande como la Madre Teresa, conseguir ver a Dios a pesar de tanta miseria, ponerte a prueba, conocer nuevas facetas tuyas en distintas situaciones; ver el amor con el que hacen todo las sisters, encontrarte amado cuando te entregas a ese anciano discapacitado y crecer. Crecer en ese amor. Si tú supieras lo que significó ver tu propia pobreza rodeado de pobreza exterior, en sentirse como en casa acurrucado en la tumba de la Madre Teresa de Calcuta, sentir lo que sentí al arrodillarme con los ojos cerrados y sentir paz como nunca antes lo había hecho...
Si tú supieras lo que es vivir (que no ir a) una Hora Santa, rezar con canciones que plantean el tornado de pensamientos, dudas e interrogantes que llevas dentro y postrarse ante ÉL y decirle: TÚ ERES EL REY DE MI VIDA, EL Nº 1 DE MI CORAZÓN. Y que consigas hacer de 194 voces solo UNA voz que haga vibrar a cualquiera.
Si tú supieras lo que se siente, cuando te das cuenta de que sientes a Dios...
Si supieras lo que es que Él de la cara por ti, que te envuelva con Su vida, que te entierre dentro de Su Corazón y que nadie te pueda sacar..
Si tú supieras lo que es llamar a Dios, Papá y sentir esa pequeñez ante su inmensidad, ese VÉRTIGO...
Si tú supieras lo que es sentir ese: Tú, LEVÁNTATE. Esa llamada para incendiar el mundo.
Si tú supieras lo que es saberte de verdad amado por Cristo, levantarte por amor, servir servir y servir por un Pobre Loco...
Si tú supieras que se siente al poder cantar con 194 bocas, "ven espíritu ven" y que venga...
Si tú supieras que se siente al estar arrodillado y gritar: te quiero más que a mi vida, te quiero más que a mi vida, te quiero más que a mi vida…
Si tú supieras lo que significa Santos de Copas, lo que es sentirse Santos de Copas...
Si tú supieras lo que es la euforia de una revolución, esa llama interior que en un instante se convierte en un incendio que se propaga ferozmente...
Si tú supieras todo esto, sabrías que quiero decir cuando digo HAKUNA, que no estoy loco, cuando hablo de amigos, de que he crecido con otros, cuando hablo de Dios, cuando hablo de que nunca he sabido qué era rezar hasta ahora y que aún queda mucho por aprender y crecer, sabrías por qué tampoco me da miedo la vuelta a la realidad, a vivir con Él este verano, a que no me dé pereza volver a clase y al trabajo, porque doy los buenos días con una sonrisa y porque necesito ir a Misa y estar con Él… porque de su mano sé que llegaré a todo. Porque he empezado a confiar.
 
Si tú supieras todo esto... Sabrías porqué soy feliz.

PARA EL CARRO


Yo fui a la India buscando un encuentro directo y personal con Dios, coger fuerzas, aclarar todas mis dudas y recargar mi fe al 100%, pero como dice la canción “cuando quiero controlar mi vida... soy tonto”. Lo único que tenía que hacer era dejarme llevar y confiar en Dios, que es el que más sabe.
 
Un viaje que ha cambiado mi vida. No tanto mi vida sino la idea y forma que yo tenía de vivirla.
No consiste en dejarlo todo y cambiar el estilo de vida, consiste en seguir viviendo la vida de un joven normal, pero de la mano de quien murió en la cruz por mí, consiste en saber con seguridad que él está aquí, conmigo, de mi mano. Saber que cuando me rinda, él va a estar a mi lado para que yo pueda seguir.
 
Soy la primera que vive una vida ajetreada, no me paro a pensar cada cosa que hago, al revés, me voy atragantando con cada situación o momento del día, hago todo sin pensar que estoy haciendo, acabo y a la cama y al día siguiente igual, así día tras día.
Muchos días incluso ni rezo, igual me acuesto y no me he acordado ni un segundo de Él.
 
Pero hoy, en una de las horas santas del viaje he caído, he caído porque he visto con claridad que la vida que llevaba no es la que quiero, que esta vida en la que buscaba la felicidad en salir con un tío 10, o en mis amigas, o en tener plan por la noche, o en mis notas... no es la vida que quiero, no se trata de eso, claro q puede ser importante pero no primordial. Todo esto jamás te dará la felicidad que te da saber que lo tienes las 24h del día a tu lado para todo lo que necesites y que él todo lo puede.
 
Si “hacía oración” eran como mucho 5 minutos para pedirle por y pedirle por y pedirle por... pero ha sido en un revolcadero en la India sobre la Oración donde claramente mi vida ha dado un giro enorme y he aprendido que hacer oración llena, que hacer oración relaja, que hacer oración ayuda... Que hacer oración, no es pedir y dar gracias a un Dios todopoderoso que creemos que es inalcanzable y que vemos como algo lejano, hacer oración es creer sin ver, es amar sin sentir, es querer y querer. Es hablar con tu mejor amigo, reírte con él, compartir momentos buenos y malos, desahogarte, es algo increíble, es puro amor...!!!!! De verdad que yo he experimentado ese cambio entre pedir a no sé muy bien quien y hablar, estar y compartir lo todo con mi mayor colega. Claro q habrá momentos en los que te sientes en frente y no sepas por donde tirar o como empezar, pero como me dijeron a mí en aquel revolcadero, hay veces que sentarte delante de él y repetirle te quiero, te quiero, te quiero... es más que suficiente; yo lo he probado y lo hago casi cada día desde entonces, es ALUCINANTE, piel de gallina!
 
A mí, hasta antes del viaje lo de "Mi pobre Loco" no me terminaba de convencer, pero me he dado cuenta ahora de que realmente es nuestro pobre loco, enamorado de nosotros, de cada uno de nosotros, que quiso cargar con todo lo nuestro para poder entendernos, y es que es un LOCO DE AMOR!!
 
Pero después de darme cuenta de todo solo puedo deciros gracias, por este mes tan increíble, porque he aprendido de cada uno de vosotros, y porque es una pasada hacer viajes así!!!!
Es impresionante, una maravilla, un gusto, como desde el minuto 0, ya estaba todo preparado, las habitaciones distribuidas, una capilla con un encanto especial, los grupos de voluntariado, todo , todo dispuesto.
 
Y ojalá pueda aprender a alcanzar mi máximo, porque los he visto, y los he visto con agotamiento pero una sonrisa, y una mirada en la que se nota la presencia de Cristo. He visto quienes a pesar del calor y del cansancio, se metían en la capilla para tocar la guitarra y ayudarnos a rezar al resto, los he visto repartiendo cancioneros y manglanitos con una sonrisa; los he visto poniéndose en primera fila y cantando como si fuera el primer día; los he visto quedándose día tras día en el hotel para preparar la comida de los 200; los he visto cargando maletas en los buses con un entusiasmo por encima de lo normal.
Los he visto rezando un rosario a las 7 de la mañana, habiendo dormido solo unas horas, se les veía caras de cansancio, voces de acabar de levantarse, pero se respiraba entusiasmo y ganas de estar ahí, más de uno se pasaba todo el rosario de rodillas, o toda la hora santa!
Es impresionante.
 
He visto a gente abriéndose como nunca lo habían hecho, sacar de ellos todo lo que llevaban guardando dentro mucho tiempo, les he visto llegar a tal punto de humildad, que veías en ellos la semilla del amor de Cristo.
 
Doy gracias por haber conocido a personas que te enseñan que en la vida hay que apostar por grandes ideales. Gracias por haberme dado la oportunidad de vivir esta experiencia, y gracias por hacerme sentir más que nunca que existes y que me quieres.

¿CÓMO QUE TENÍA SED?

TSAJENÀ:
Yo estaba perdida, sola, en la oscuridad, lo único que me importaba era mi bienestar, mi ropa, yo mí me conmigo... nada me llenaba, nada me hacía sentir, nada ni nadie me importaban. Hacía tiempo que para mi Dios era un complemento, algo que había estado siempre pero lejano, no era esencial, no era un loco enamorado, sino un padre todopoderoso e inalcanzable. Unos días antes del viaje no quería ir, no podía más, no sabía que me pasaba, me ahogaba. entonces alguien me dijo: “tienes sed De Dios”, en ese momento no entendí bien lo que quería decir pues yo pensaba que tenía todo, notas, familia, ropa, todo lo que uno podía desear.
Llegue a la India con propósito de pasármelo bien, conocer a gente con la que seguir llenando ese vacío y bueno, ver que era eso de la sed pero pensando que era una simple frase religiosa y nada que pudiera llenarme o fuera real.
Voy a hablar de 4 palabras con las que definiría esta experiencia: la entrega, el amor, el sacrificio y el agradecimiento.
Primer día me levanto, pronto, después de un viaje duro, y solo veía sonrisas, gestos de cariño, entrega, ahí empecé a flipar, eran las 8 de la mañana, calor espantoso y sueño brutal, ¿Cómo podían sonreír? Para qué? , pero eso no es lo mejor, entro a la capilla de la Mother´s House para la Hora Santa esa tarde sin saber muy bien que iba a encontrarme y de pronto veo a cientos de jóvenes rezando, pero no como yo había visto antes cada uno no por su lado y rezando un poco por cumplir, no, estaban cantando desde el corazón, se estaban desviviendo después de un día tan duro, estaban gritando TODOS A UNA, se respiraba amor, eran una sola voz que adoraba a una custodia, la miraban con tanto amor que parecía que iban a levantarse y estrecharla entre sus brazos. para ya rematar mi alucine, llega la voz en Off y lo escucho : “QUE NOS QUERAMOS MÁS”, ¿Quién era esta gente que en vez de pedir por sus preocupaciones o miedos pedían que nos quisiéramos más? Nosotros, ¡193 desconocidos!  
 
En este viaje también tuve la suerte de tratar con las sisters y eso me cambió por completo, nunca en mi vida había visto sonrisas más sinceras que las de aquellas monjas, y no sonreían porque tuvieran de todo especialmente, estaban con el hábito a 50 grados, sin aire, descalzas, tratando con enfermos todo el día, de pie , de rodillas y el único descanso que hacían era para rezar, se olvidaban de quienes eran solo para servir al prójimo! Y no de mala gana como podía hacer yo, al revés, con amor. Ellas me enseñaron que no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita y desde luego, son el mayor ejemplo de entrega y amor.
 
Recuerdo estar cargando un cubo pesado y que llevando menos de 1m recorrido enseguida 3 personas se acercarán a ofrecerme ayuda con una sonrisa, querían llevar MI cubo, no entendía nada, porque la gente sonreía tanto, porque se cargaban de más trabajo que no les correspondía, por placer, cuando yo maldecía tener que cargar. Lo mismo me choco en el tren , donde yo llevaba mi paquete de galletas y mis toallitas para MI, recuerdo sacar a escondidas mis toallitas para limpiarme yo y que no me pidieran, en una de estas se me acabaron y tuve el morro de pedir a la de al lado, recuerdo que pensé : “que tonta eres, no te va a dar” y de pronto, contra lo esperado, sacó un paquete de toallitas medio vacío, quedaba una y me la ofreció siendo la última, le dije que la usara ella y riéndose me respondió: “crees que Cristo por limpiarse él habría dejado al otro sin limpiarse? Somos una familia, estaba feliz aún no pudiendo limpiarse. Yo flipé, nunca había visto a tanta gente sacrificarse y por amor!!! Entonces lo entendí todo, no era MI cubo, era NUESTRO cubo , no era algo que tenía que cargar yo para cumplir conmigo misma y así ser mejor, no, era algo que hacía por amor al grupo y a Cristo reflejado en cada uno, no eran mis toallitas , eran toallitas comunes, no importaba si me quedaba sin porque me había sacrificado por amor y sin esperar nada a cambio, sacrificio y no intercambio. Algo que se veía en la rapidez con la que volaban las cajetas de tabaco ya que la gente daba siempre su último piti, sin importarle quedarse sin. Ahí me di cuenta de lo que significaba todos a una, no era una frase hakuner que decían porque sí, era un sentimiento, era entrega y sacrificio por amor, era pensar en un todos y despojarse del yo, era pertenecer, era ser único y no uno más, era ser una pieza de puzzle que sola no sirve para nada pero sin la que el puzzle no tendría sentido.
 
Ahí empecé a vivir lo que realmente era hakuna, me enamoré de Dios, mi mejor amigo, el pobre loco enamorado de mí, como dijo sastre el primer pringado que estaba arriba en la cruz por MI , por AMOR a mí. ¿Quién era yo para no seguir sus pasos? Yo quería ser como Él, quería amar como Él. Ahí entendí porque pedían quererse más, que sin amor, nada era igual y con amor todo cambiaba, me entregué por amor al resto, sufrí, pase calor, tuve momentos de bajón, pero cada gota de sudor, cada dolor de piernas y cada sacrificio me hacían feliz, me llenaban un poco más.
Una noche entre a la capilla para despedirme De Dios, pensando que estaría yo sola y de pronto les vi, unos 10 jóvenes con guitarras cantando a pleno pulmón incluso a esas horas. Oí la frase “quiero volver a nacer en ti”, la repetí y Entonces lo recordé, “tienes sed De Dios” y efectivamente, tenía sed de Dios , tenía sed de amor , tenía sed de entrega, tenía sed de pertenencia, tenía sed de sentirme amada, tenía sed de Él, mi padre, amigo y fiel compañero, el que nunca me fallara, y lo vi, quería volver a nacer, quería empezar de cero, pero en Él, con Él. De pronto, todo ese vacío y oscuridad que no conseguía quitarme desde hacía meses había desaparecido, me sentía plena, me sentía amada, me sentía acompañada y no podía parar de llorar y sonreír.
 
De las sisters también aprendí la importancia de ser agradecida, ellas empezaban el día agradeciendo a Dios la oportunidad de vivir ese día y al acabar, después de haberse desvivido, de haber sufrido, volvían a dar las gracias! ¡Qué bueno es agradecer y que poco cuesta! Por eso,
Gracias por esta locura de viaje, porque fui a hacer amigos y vivir una experiencia y volví con una familia inigualable y un Dios débil a mi lado. gracias por enseñarme que hay que amar hasta que duela y luego, seguir amando porque eso da la felicidad, por enseñarme que todo el mundo es único e igual de importante, que Dios me ama como soy, gracias por enseñarme el valor de una sonrisa, de una entrega por amor , gracias por enseñarme que sin Dios, nada llena y con Él, nada importa, gracias por ser como sois. GRACIAS.
 
Y gracias Dios por haberme puesto en el camino a gente tan espectacular, por haberme dado la oportunidad de vivir Hakuna y sobre todo, por haber saciado mi sed. Te amo.

 

 

BORRACHOS Y RESACAS

Borrachos de entusiasmo, así llegábamos el primer día. 194 jóvenes rumbo a la India. Un país que llama la atención, que rompe tus expectativas. LA LOCURA en mayúsculas y en todos los idiomas. Ahí nos dirigimos, con ganas de todo y sin saber que esperar.
 
Borrachos de impactos, impactos de todo tipo. De calor, de pobreza, de miseria, de malos olores, de ruido, de caos, de un tráfico infernal, de regateos, de vacas con joroba, perros rabiosos y ratas, ratas vivas y muertas, de basura, mucha y mucha basura, montones y montones de ella.
 
Borrachos de servir. Dar, dar y más dar. Entregarnos a los más pobres de Calcuta, a los moribundos de la calle, a los niños escuálidos, a los discapacitados, a los sordomudos y ciegos, a los ancianos, a los enfermos mentales, a los poblados indígenas, a las familias que viven felices sin tener nada, nada para nosotros, para ellos eso era tenerlo todo.
 
Borrachos de aprender. Porque sí, nuestro objetivo inicial era dar, entregarnos al 100%. Pero más que eso, o por lo menos hablando en mi nombre, hemos aprendido y recibido lo que nunca nos hubiéramos esperado. Porque no tienen nada y lo tienen todo. Y bueno muchos no te tienen a Ti, o por lo menos no saben que te tienen. Pero hemos aprendido a verte en todos ellos y también a que te hagas ver en nosotros. Porque a toda vela vas, quieto del todo.
 
Borrachos de calor, y madre mía que calor. El sudor ya era parte de nosotros. Mareos, desmayos... ¡¿Dónde está el aire acondicionado?!
 
Borrachos de lluvia. Bendito monzón, que nos caían chaparrones todos los días que te calaban hasta los huesos y encharcaban las calles, y gracias a las crocks podías sentir el agua negra calentorra con basura y ratas flotando.
 
Borrachos de cansancio. Durmiendo en el suelo o en la cama buena, embutidos como sardinas en lata, en el tren rodeados de indios o sentados en el autobús dando botes. Que cada día dormías menos y peor, pero daba igual. Ahí estábamos para levantar al de al lado. Que el número de horas dormidas daba igual, Tu nos dabas el chute de energía que necesitábamos.
 
Borrachos de kilómetros y kilómetros. 33 horas en tren, 12 horas de autobús, 40 minutos andando hasta el voluntariado, horas caminado por el desierto rodeados de estrellas o subiendo y subiendo escaleras que había hasta que trepar. Cuantas más horas, cuanto más lejos, era mejor, porque eso significa que te llevábamos más y más lejos.
 
Borrachos de hambre. Y perdón equipo cocina, que de verdad que lo habéis hecho increíble y sólo puedo daros las gracias de corazón. Pero espero no ser la única persona que tenía hambre a todas horas, y repetía siempre que podía. Quizás eso era señal de que no parábamos. Pero he de decir que ya echo de menos el arroz con verduras y el croissant más seco que el desierto, y habéis conseguido también que ahora disfrute más de un buen chuletón.
 
Borrachos de compartir. Compartir experiencias, vivencias. Compartir testimonios e ideas sobre algunos temas en los revolcaderos. Compartir lo aprendido. Compartir tu agua y tu comida. Compartir un estilo de vida. Compartir amor. Compartir lo más grande que tenemos, a nuestro mejor amigo, a Jesús.
 
Borrachos de malestar. Que si diarreas con suero hasta para desayunar, cortes por todo el cuerpo, quemaduras, hasta alguna que otra operación de emergencia. Increíble el equipo médico, yo la verdad que les daba ya el MIR y todo.
 
Borrachos de unión. 194 personas hechas uno. 194 voces gritando al unísono. 194 personas en cadena cargando maletas. 194 personas con makuto a la espalda por el desierto. 194 personas embutidas en 4 autobuses. 194 personas cenando en familia. 194 personas bailando para darte gloria Jesús. 194 hermanos que me llevo. 194 desconocidos que has logrado que se conviertan en mi familia. Todos por todos y que no se pierda ninguno.
 
Borrachos de ser Santos de copas. Que el alcohol no ha impedido que disfrutemos como niños pequeños. Necesariamente disfrutones. Eso sí, gracias a las cervezas que supieron a gloria y que nos hicieron santos de copas de verdad. Unidos, bebiendo en Tu nombre, a tu salud.
 
Borrachos de ti, Jesús, mi mejor amigo. Que no se qué he hecho para merecerte. Nada, obviamente nada. Pero ahí estás, aquí estás. Te he dejado entrar en mí, estás en mí. Tu y yo, somos uno. Que todos ansiábamos el momento de la misa y mejor si era entre dunas, en un vagón del tren, en la cima de una montaña o en el mismo Taj Mahal. Y no cabe mencionar las Horas Santas. Que no es magia, que eres Tú, Jesús. Sin palabras.
 
Borrachos de María, tu Madre, mi Madre. La Reina de Hakuna. Como nos cuida, como está con nosotros, pendiente de todo, preocupada, atenta, que nos quiere, porque somos sus hijos. Bendita seas, Bendita sea tu pureza mamá.
 
Borrachos de agradecer. Es que no se ni por dónde empezar a dar las gracias. Simplemente gracias a todos, de corazón, gracias a ti personalmente y gracias a ti también Jesús. Que sin ninguno de vosotros nada hubiera sido posible. Y gracias por todo lo que tengo, por todo lo que me falta y por todo lo que me llegará. Gracias por la vida que tengo y gracias porque puedo ayudar. Gracias porque das ejemplo de vida a través de mi.
 
Borrachos de revolución. Porque vamos a cambiar el mundo, mejor, vamos a conquistarlo! Que has conquistado nuestros corazones Jesús y contigo si se puede. HAKUNA REVOLUCIÓN
 
Borrachos de amor. Que me he enamorado de ti, mi pobre loco. Que eres el rey de mi vida, el amor de mi vida. Que te quiero más que a mi vida. Que he descubierto lo que es el amor, todo el amor que tengo para dar y lo bonito que es dejarse querer. Que Hakuna es amor y no solo me ha mostrado lo que es, me ha dejado formar parte de ello. Y como bien dice nuestro lema, mi lema de vida: QUE NOS QUERAMOS MÁS
 
Y que la resaca nos dure siempre.

O CERCA TUYO O NO LO QUIERO

La vuelta no ha sido fácil, entre la dura despedida y todo este mundo superficial que nos rodea ha sido un extraño golpe. Qué razón tenía D.Josepe, que poco superficial es lo superficial. Me he dado cuenta que al desatarme todo este mes de estas tonterías he sido libre, totalmente libre. Y ha sido en esa libertad donde solo tengo palabras de agradecimiento, en primer lugar hacia Él, y para todos vosotros.
 
Gracias Señor por estos días en Calcuta, Pushkar. Creo que puedo decir con certeza que ha sido el mejor mes de mi vida. Pero, me preguntan, como puede ser si has dormido nada, has adelgazado, has pasado calor, has discutido con indios hasta no poder mas. La solución es sencilla: TÚ.
 
Este mes Señor me has transformado, esto de pasar alrededor de 2h delante de Ti me ha cambiado la vida. Tampoco ha sido un sentimiento brutal, pero ahora veo todo lo que has hecho en mi. Me has cambiado, he servido hasta que ha dolido sin darme cuenta, te he amado mucho más y te he conocido más, he amado y servido a los demás y me he dejado querer una barbaridad. Cuánto haces en nosotros si nos dejamos hacer. Tan solo poniéndome delante y rogándote, haz en mi lo que tu quieras, cuando, como y donde quieras.
 
Te has servido de mi, Señor, y cuanta razón tenia Luis; como cambia todo del vaso de chupito a la copa de balón de Guillem.
 
Intento pensar que este mes me he acercado un poco más a tu cruz y a tu pasión, con el servicio y el pequeño sufrimiento sufrido. Y que inmerecido tu sufrimiento. ¿Todo eso x mi? ¿Yo que he hecho? ¿Pecar cada semana? ¿Volver y volver y volver? ¿Darte la espalda? No lo entiendo, NO SE QUE VISTE EN MI. Pero te doy infinitas gracias, porque gracias a eso me doy cuenta de todo lo que me quieres, y joder, es una locura. En que momento tu haces todo eso por mi. Te pido Señor que aprenda a sufrir y a servir, por lo menos, una pequeña parte de lo que tu hiciste. Ayúdame a poner mi corazón en el suelo para que los demás pisen blando.
 
Gracias por todo lo que me has dado, me doy cuenta de todo lo que has invertido en mi. Muchas gracias por haberte podido conocer y estar cerca de Ti desde siempre. ¿Por qué a mi? Soy un pobre corto, egoísta y miserable. Cuanto has puesto en mi. Esto Señor me da confianza, que hayas invertido tantísimo, yo no lo veo, pero joder, si tu lo has hecho, quien soy yo para negar tu voluntad y poner freno a tus deseos. Te pido Jesús estar a la altura, y sobretodo acompañar a miles de almas en toda mi vida a tu lado. Que ganas tengo Señor.
 
Agradecerte también por aquella hora santa en mitad de la fiesta, en la que muchos nos medio dormimos, pero que locura. Para mi ha sido el mejor momento del mes. Ver a 200 tios que están a gas con birra en mano, paran, hacen silencio y se arrodillan ante ti gritando TE QUIERO, TE QUIERO AMAR. Eso Señor me ha cambiado, ver como los demás te miran, ver como los demás te aman, ver como les amas.
 
Y como me voy a olvidar de la familia que se ha creado, vaya gente más acojonante me has puesto al lado. He aprendido muchísimo de gente de mi alrededor, de miradas, sonrisas, y muchas conversaciones. Que alegría se respiraba!! Lo mas heavy es cada momento en el que te cruzabas con alguien, solo SONRISAS. Nos has conquistado este mes, queriéndolo o no! Y a muchos nos has cambiado el modo de verlo todo. Gracias a TODOS y cada uno de los 200, solo he podido aprender, aprender y aprender de todos vosotros.
 
Nunca olvidare los cantos a la Madre de Hakuna, ni ninguna de las 200 sonrisas que me animaban en todo momento.
 
Te pido que cada dia me alucines y me enamores más y más.
REVOLUCIÓN.

MIRADAS Y MUCHAS GRACIAS

India. Esa palabra que todos oíamos con cierta intriga, respeto y ganas.
Es fácil preguntar desde fuera. El mítico "¿Qué tal?¿Te ha gustado?". De vez en cuando cae un "¿Es tan horrible como dicen?". Y un "yo, no podría".
Esto último me ha hecho reflexionar bastante en estos días. Estamos hechos para servir, para darnos, para salir de nosotros mismos y aprender a ver a Jesús en el de al lado. Pero todos sabemos que somos limitados. PERO, ¿Dónde está nuestro límite?
Es fácil, se trata de un límite impuesto por nuestro corazón, por nuestra capacidad de amar.
Vivimos en una rueda de constante presión, trabajo y exigencia; nosotros mismos hemos entrado a formar parte de esta rueda autoexigiéndonos más de lo mismo. Pero de repente, te paras un día y piensas "Algo estoy haciendo mal".
Personalmente nunca he tenido una idea de Dios como juez sentenciador. Siempre he pensado que siendo Dios el amor más puro que pueda existir, Él nos va a juzgar exclusivamente respecto a ello. Entonces la pregunta será ¿Cuánto has amado?
Si no me equivoco, la India ha sido una especie de bofetada para todos en ese sentido.
 
Me imagino que a muchos os habrá pasado lo mismo, hablaba con mis padres, con mis hermanas y abuelos y no daban crédito: fotos de las calles, pequeñas anécdotas de la aventura que supone vivir ahí cada día, el momento de decirle a tu madre que vas con una botella naranja en la mano por motivos que ya le explicarás a la vuelta, picaduras, verdadero agotamiento físico, ruido constante y calor, mucho mucho calor. "Estoy feliz mamá". Es la frase que les decía cada vez que tenía ocasión de hablar con ellos. Más allá del impacto de la India en sí, estaban impactados ante una imagen surrealista: 200 personas FELICES en la India.
 
Para mi suerte, yo llegué a Calcuta unos pocos días antes que el grupo y en ese tiempo tuve la oportunidad de compartir algunos momentos con las sisters. Nunca se me olvidará la primera misa a la que fui con ellas. Eran las 6 de la mañana en Calcuta. Tocamos el timbre de la Mother House. Nos abre una monjita sonriente y nos invita a entrar y a quitarnos los zapatos. Y nada más entrar, un ejército de hermanitas de la caridad. Lo primero que pensé fue "con lo sucia que está la India, ¿Cómo sus trajes pueden estar tan blancos?". Entonces empezó la Misa.
 
No miraban un pan, miraban a una persona. Sin oír una palabra podía percatarme del diálogo interior que estas monjas entablaban, sin un parpadeo y con una mirada fija en su objetivo, la Custodia.
Me pareció algo envidiable.
 
Arrodilladas sin inmutarse, unas serias, otras sonrientes, altas y bajas, unas blancas y otras negras. Todas ellas compartían una cosa: su mirada. A Él.
 
Más tarde, tuvimos la oportunidad de repartir algunas cenas con ellas a la gente de la calle. A pesar de las malas caras de algunos, incluso llegar a echarlas a patadas en alguna ocasión, ellas no dejaban de reírse. Gracias a ellas entendí que no estábamos allí para sacar a nadie de la pobreza, ni siquiera de íbamos a cambiar vidas. Nos explicaron que cuanto podíamos hacer por ellos era darles el cariño que le daríamos a Jesús, que esa era la única forma de devolverles su dignidad. "Intentar ver la mirada de Jesús en los ojos del pobre"; por primera vez realmente entendí esa frase.
 
Podría decir que una de las mejores cosas que me llevo de este viaje es la cantidad de gente admirable y espectacular que he conocido, empezando por las hermanitas, pasando por los indios y terminando por el grupo de Hakuna.
 
Según pasaba cada día, iba conociendo a más y más personas, cada cual más especial, con las que he vivido prácticamente de todo en este viaje. Aeropuertos, Calcuta, Hotel Sakalá, trenes de la primera guerra mundial, desiertos... Podría seguir, pero me parece que todos sabemos bien de qué hablo.
Yo llegué a la India con la idea de conocer a gente como yo, y para mi sorpresa poco a poco he ido conociendo a gente de la que sólo he podido aprender.
 
En ese sentido estoy segura de que todos hemos ganado, todos nos hemos llevado a más de una persona que nos da 200 mil vueltas, gente que sólo viéndola en el día a día me lleva a pensar "Rocío ESPABILA", amigos para toda la vida.
 
Por eso y por mil motivos más que requerirían folios y folios, sólo puedo deciros a vosotros y decirle a ÉL una cosa: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

RECUERDALO BIEN QUERIDA YO DEL FUTURO

Querida yo en un futuro,
 
No sé dónde ni cómo estás, pero aunque me dé pena pensarlo ahora, sé que es probable que te hayas olvidado de algunas cosas que aprendiste en la India. Por eso estoy aquí, porque siempre viene bien hacer un parón y poner los pies sobre la tierra.
 
Primero recuerda a tu familia india, a esos 194 pringados locos que decidieron pasar un mes viviendo en condiciones mejorables entregándose a los demás simplemente por amor. Esos 194 ángeles que te abrieron su corazón y te conquistaron con sus sonrisas en los momentos más duros, sus miradas de amor y complicidad y sus caras de resucitados. Recuerda cómo se querían y cómo te querían a ti, tal y como eres. Recuerda que te repetían una y otra vez que te dejases querer y cómo te sentías cuando les dejabas hacerlo.
 
Recuerda esos momentos con Él, con tu mejor amigo, con el rey de tu vida. Recuerda como hablabas con Él durante horas y como Él te escuchaba. Recuerda como le cantabas gritando con tus 194 hermanos. Recuerda las caricias de Dios y los abrazos de tu Madre.
 
Recuerda todo lo que has aprendido este mes y, por favor, nunca olvides los propósitos que te has hecho y las ganas de comerte el mundo que has traído a España. Por eso, te los quiero dejar por escrito, al menos algunos.
 
No dejes que la carrera, el trabajo o las preocupaciones terrenales de tu vida te hundan o te amarguen. No dejes que todas esas cosas del día a día, que aunque a ti te parezcan obstáculos horribles no son más que piedras en el camino, te hagan perder el norte y desviarte de tu camino.
Recuerda cuando andábamos por el desierto de noche, hubo un momento en el que ibas delante, al lado del guía y tu luz era la que iluminaba el camino de todos. Tú tienes que ser esa luz que ilumina, y tienes que ir al lado del guía, al lado de Dios; porque si te desvías, te pierdes tú y todos los que van detrás de ti. También recordarás que como llevabas la luz en la frente, si mirabas hacia abajo o hacia los lados y dejabas de mirar fijamente el camino que tenías que seguir, no veías las piedras que tenías delante y te tropezabas. Por eso, mira hacia el frente, hacia el camino que te marca el Guía, y cuando no lo encuentres o te hayas desviado, pregúntale, que siempre estará ahí, dispuesto a ayudarte. Así que recuerda, cabeza alta, paso firme y sigue hacia delante.
 
Hay otra cosa que has aprendido en este viaje que no quiero que se te olvide. Redescubre, cada día de tu vida, la felicidad y la grandeza de servir. Siempre acompañada de la importancia de la gratuidad. Ese darte a los demás, pringarte por ellos, sin esperar nada a cambio, sin que nadie se dé cuenta. Como decía María Soria en su revolcadero, que cada movimiento o acción de tu vida sean por amor, al fin y al cabo, Dios es Amor, si cada cosa que haces la haces por Él, estarás haciendo sagradas todas las cosas. Vivir por amor te lleva al corazón de la gente y al corazón de Dios y es un trampolín directo al Cielo; que aunque muchas veces se te olvide, esa es tu meta y no un buen futuro profesional y personal. Tu meta es el Cielo y la vida no es más que un camino hacia él. No te desvíes de tu camino, nunca. Recuerda, repite y vive esas frases tan increíbles que tanto has oído este mes:
 
"Para servir, servir."
"Nacimos para servir y moriremos sirviendo."
"Quien no vive para servir, no sirve para vivir."
"Que poco es una vida para darla."
Y muchas otras. Pero la más clave, no la olvides nunca, es:
"A mi me lo hicisteis."
 
Recuerda que todo lo que le haces a cada persona que te cruzas, se lo estás haciendo a Él.
Solo tengo un último consejo que darte. Aunque lo oigas mucho, no nades a contracorriente, que el mar es fuerte y si te cansas no alcanzarás tu meta. Yo te propongo que cambies la corriente, revoluciona las aguas de este mar, si la corriente cambia conseguirás arrastrar a muchos más nadadores. Así que empieza ya, coge fuerzas y ponte a nadar que tienes un mar entero que revolucionar, pide ayuda al de arriba que es el mejor entrenador. Recuerda que no hay barrera que no saltes con su ayuda, no hay un mar que no puedas revolucionar.
 
Recuerda, siempre, que hubo una vez, en un país en la otra punta del mundo, que tuviste la suerte de saborear un pedacito del Cielo. Recuerda lo que sentiste, recuerda lo que aprendiste, recuerda lo que hiciste, recuerda lo que rezad te, recuerda lo que amaste. Recuerda a tus 194 hermanos indios. Recuerda las caricias de mamá. Recuerda a ese pobre loco que te mira embelesado desde un trozo de pan blanco. Recuerda que te enamoraste del que más te ama, recuerda que aprendiste que el amor sin sentimiento es el verdadero Amor. Recuerda que abrazaste tu Cruz, recuerda que asumiste tu realidad, recuerda que eres reflejo de su grandeza, recuerda que eres pasión de Dios. Recuerda lo que significa Hakuna, recuerda la grandeza de ser un auténtico pringado, recuerda la gratuidad del servir. Recuerda la importancia de la revolución. Simplemente, recuerda.
Un beso enorme futura yo.
Namasté.

 

DOS GOTAS FRESCAS DE FE

Rezaba un día así ante el Santísimo con la liturgia de las horas:
 
Están mis ojos cansados de tanto ver luz sin ver por la oscuridad del mundo, voy como un ciego que ve. Tú que diste vista al ciego y a Nicodemo también, filtra en mis secas pupilas dos gotas frescas de fe.
 
Y pensaba que esas gotas frescas de fe son esos momentos en lo que lloramos. Porque sí, hemos llorado en India, hemos llorado con la alegría del barrio, hemos llorado con las sisters rezando, hemos llorado apoyados en la tumba de Madre Teresa volcando ahí todo lo nuestro y deseando que se nos pegara al menos un poco de su santidad, hemos llorado despidiendo a las tuberculosas, hemos llorado ante la grandeza de un Dios que es alabado y bendecido en quienes han compartido sus testimonios, hemos llorado haciendo nuestras las voces en off, hemos llorado con los demás cuando Tú también has puesto en sus pupilas dos gotas frescas de fe y, sobre todo, sobre todo hemos llorado postrados ante Ti, ante Cristo Redentor.
 
Jesús, ahí, en la Ostia, me derrumbas, tus dos gotas frescas de fe se convierten en un gran río de aguas que se revuelven entre la alegría de experimentar Tu Amor, Tu luz, y mi ceguera ¿Por qué me quieres tanto, Dios?
 
Y sí, cuando siguen preguntando ¿qué tal la India? y comienzo a recordar todos estos momentos, vuelven a saltar esas gotas frescas de fe que iluminan los ojos, y hacen sentir con fuerza en mi interior quién es mi mejor amigo, cómo la misericordia ha entrado en esta casa, y qué gozo tan grande ver hecho realidad el ¨que nos queramos más¨.
 
Dios mío, necesito esas dos gotas frescas de fe cada vez que escuche ¿qué tal la India?, cada momento que recuerde que yo estuve en Calcuta, que me quedé descalzo delante de Ti, vacío de mí, y postrado ante Ti te pedía: Ayúdame papá. Y te pido Jesús para todos, para todos, esas gotas frescas de fe a diario, que apuesten por Ti, una fila de locos que siguen a Cristo, el pobre loco borracho de amor, que gritan Hakuna, que gritan revolución.

 

SI DE MI NADA QUIERES, SINO A MI

Este año ha sido para mí un año de cambios, de decepciones, de nuevos comienzos y sin duda, un año en el que me he acercado mucho a Dios.
Que naciera Hakuna en la ciudad donde estudio, ciertas conversaciones y sin duda, la providencia de Dios, hicieron que al final pudiera participar de este voluntariado, y no puedo estar más agradecida de ello.
 
En un primer momento iba a la India con un objetivo claro: buscar una respuesta a algo que me rondaba desde hace meses la cabeza: “¿qué quiere Dios de mi?” Llegaron las primeras misas y las primeras Horas Santas, pedía y pedía: “Dios, ¿qué quieres de mi?”, “Jesús ayúdame a saber lo que quieres, “¿Cómo sé qué es lo que me pides?”
Yo preguntaba y preguntaba, y más que querer una respuesta, yo exigía una respuesta. En mi cabeza cuadriculada no cabía la idea de que mi corazón sintiera más cosas de las que mi cabeza pudiera gestionar.
 
A fin de cuentas, no me daba cuenta de que ÉL es el único que puede dirigir mi vida, y que no hace falta que yo entienda las situaciones que se van dando en mi vida, que ÉL no me pone las cosas para que yo las entienda, sino para que yo viva las etapas. Y qué importante es saber vivir cada etapa de nuestra vida.
Y fue ahí, en mitad de la charla de la monja de Madrid, en su pelea constante con Dios, cuando me di cuenta de: “si de mi nada quieres, sino a mi.”
ÉL me quiere a mi, me quiere completa, todo mi ser, porque nada es mío, toda soy suya.
Entendí que no hacía falta que le diera una respuesta concreta a Dios, que bastaba con dejar todo mi ser, que bastaba con perder el miedo a entregarme, que bastaba con dejar que ÉL llevara las riendas de mi vida.
 
“Yo quiero hacer tu voluntad,
Señor yo te quiero agradar,
Yo quiero darte siempre el primer lugar”
 
A día de hoy sigo sin saber qué es exactamente lo que Dios me pide, pero he descubierto que cuando confías ciegamente en Dios y dejas todo en sus manos, te envuelve un sentimiento de paz y de seguridad total.

 

QUE SUERTE

Creo que necesito escribir una carta post-India. Realmente lo necesito para terminar de creerme que he estado ahí, un sueño hecho realidad.
Cuántas veces habremos oído hablar de Calcuta, de las sisters... Y ya hemos estado ahí, ya ha terminado. ¡Qué suerte la nuestra!
 
Qué suerte levantarme y acostarme entre pitidos de coches, tuc-tucs, buses, vacas o lo que te imagines, y a pesar de todo encontrar mi silencio interior. Qué suerte poder compartir cuarto con el doble de lo registrado, eso sí que era convivencia.
 
Qué suerte haber pasado hambre los primeros días en Calcuta y habernos defendido con Cheese noons. A veces necesitamos estas cosas para darnos cuenta de lo afortunados que somos y saber apreciarlo.
 
Qué suerte poder rezar cada mañana bajo la tumba de Santa Teresa sí, de la mismísima Santa Teresa, poder darle un beso de buenos días y pedirle que me transmitiera su ejemplo y amor hacia el prójimo.
Qué suerte haber podido ir a la misa de las sisters a las 6 de la mañana y disfrutar de una buena muffin de Raj al terminar. Como diría Amparito: un pedacito de cielo.
 
Qué suerte poder limpiar las calles de Calcuta, recoger ratas, gusanos, cucarachas o lo que hiciera falta y llevarlos al vertedero plagado de cuervos. Pero, sobre todo, qué bonito que se nos unieran nuestros amigos indios, que siguieran nuestro ejemplo y lo hicieran felices.
 
Qué suerte haber podido aprender de la labor de las sisters, mujeres entregadas a los más necesitados por amor. Qué suerte haber podido ver a través de niños con parálisis cerebral el amor De Dios y tomarse una patada o una torta suya como un abrazo.
 
Qué suerte haber podido estar con leprosos, sonreírles, mirarles, abrazarles.. Viendo en ellos mucho más que una enfermedad infecciosa. Al principio parecía que no pintábamos nada ahí pero me di cuenta de que no se trataba de cuanto estuviéramos dando sino de cuanto amor pusiéramos en lo que estábamos dando.
 
Qué suerte haber cogido un tren de 35 horas y no un tren cualquiera... Un tren indio, un tren con cierto encanto, un tren en el que nos despertamos con un charco de nuestro propio sudor, un tren con las puertas abiertas de par en par, un tren con olores interesantes , un tren en el que nos dio tiempo a hacer un poco de todo: que si cantar, que si descubrir a gente muy valiosa, que si jugar, que si chistes, que si adivinanzas, que si amigos indios.. hasta sacamos tiempo para celebrar lo que a veces se nos olvida que es lo más importante: la Santa misa.
 
Qué suerte haber estado en una ciudad sagrada para los indios, Pushkar, donde las vacas eran uno más y los monos lo intentaban, donde aprendimos a valorar una hamburguesa, una cerveza..
Donde pudimos bailar bajo la lluvia, mejor dicho MONZÓN, disfrutando de cada gota, empapándonos y seguir bailando.
 
Qué suerte haber ido 12h en bus para llegar al desierto frontera con Pakistán, caminar de noche y dormir de día. Coger safaris y disfrutarlos como niños, ducharnos a cubazos, celebrar misa y hora santa en las dunas mientras el sol se ponía.. Gracias Señor!

REFLEXIONES APARTE

No sabía que estando tan mal se podía llegar a estar tan bien. Sin zapatos, sin comida, sin familia... pero con tu amor en cada abrazo.
 
¿Cómo pueden estar tan mal y sin embargo sonreír tanto?
 
Señor, que pasada. Que pasada verte a ti en la mirada de ese bebe que me sonreía mientras lo mecía
Qué envidiosa soy. De su sonrisa. De la fuerza con la que abrazan esos niños.
¡Cómo recibiendo tan poco cariño trasmiten tanto amor? ¿Por qué les quieres tanto?
Veo en cada uno de ellos a ti. Y al lado mi miseria.
No se como pudiendo recibirte todos los dias no lo hago, cómo no saludo a la gente de mi clase, cuando ellos decían hola a todo el que pasaba, mirándoles con cariño. Pero, ¿qué me pasa?
Estoy enamorada de su gratitud
Del amor de la chica que te canto con tanta fuerza que removió el corazón de cada uno de nosotros. Que bien se está sin lujos y postureos, con gente que valora de verdad lo que tiene , y lo primero eres Tú, como te adoran cantando señor, como su tesoro mas preciado, asi quiero hacerlo yo.
Y aunque su vida sea tan misera no esperan nada a cambio. Y yo que si me pasa algo malo te echo la culpa a ti...
Y ahora que estoy aqui
No se que me pasa
No necesito salir de fiesta todos los dias, ni estar fuera de casa siempre
Y esque tu eres lo unico que realmente sacia, contigo no tengo ningun vacio por llenar, es mas, lo unico que quiero es darte a conocer, para que todos mis amigos puedan sonreir un domingo estudiando, para que sepan lo que es disfrutar con su familia, pasarselo bien sin que nadie te vea. Saber disfrutar de la vida, saber vivir en ti
 
Señor, gracias por el trozo de cielo que me has dejado ver
La felicidad con hambre
Las ganas de la gente de estar contigo
Gracias por ese amor que se esconde en las canciones de hakuna que nos hacen querer ser la mejor version de nosotros mismos
Gracias por esas lagrimas del viernes santo que anunciaban un cambio en mi vida, un cambio contigo
Gracias por la gente de hakuna a la que miraba y te veia a ti, gracias por su sonrisa envidiable que nos hace creer que es posible, que nos llama a desearte mas
Y sobre todo
Gracias por regalarme el momento en el que me di cuenta que tu mirada me buscaba