ORACIÓN DEL PRINGADO

 

ORACIÓN DEL PRINGADO

Yo me entrego a ti, mi buen Dios, porque quiero pringarme por tu Iglesia siguiendo, junto a los demás miembros, en comunión con ellos, el estilo de vida de Hakuna.

Señor, me arrodillaré ante ti en la Hostia,
danos una vida de rodillas ante el misterio y ante cada rostro.

Señor, me abriré a los alejados,
contágianos Tú la pasión por que no se pierda ninguno.

Señor, te buscaré vivo en el Evangelio, liturgia y sacramentos,
muéstrate como nuestro pobre loco.

Señor, sonreiré y miraré a los ojos,
recuérdanos que no hemos venido a criticar ni a juzgar sino a salvar.

Señor, abrazaré cada realidad con la no-medida de la cruz,
devuélvenos la unidad, y transfigura ya nuestra carne.

Señor, iré a las fiestas buscando que sean momentos de Vida,
haz que te encontremos sufriente en los sedientos de placer.

Señor, agradeceré tu confianza cada nuevo día,
que un profundo sentido de tu presencia haga de cada día una fiesta.

María, madre de Hakuna,
que contigo solo sepamos decirle ‘Sí’, que vivamos de rodillas,
abrazados y abrazando, con alegre cara de resucitados,
y recuérdanos rezar todos los días, todos por todos.

 
 

DECÁLOGO DEL PRINGADO

 
 1. Sonreír cada día a todas las personas con las que me cruce, mirar a los ojos a quién trate.
 
2. Dedicar con frecuencia, tiempo y corazón a los que sufren.
 
3. Comenzar cada día con un momento de oración en el que agradecer el don de la vida, y ofrecerme a Cristo para que viva y actúe entre los hombres ese día sirviéndose de mi persona. Y rezar todos los días todos por todos.
 
4. Cuidar un sagrario: escoger uno, el que se quiera, y de alguna manera hacerme cargo de que ese sagrario reciba cuidados y cariño.
5. Participar de las Horas Santas, y fomentarlas allí donde me encuentre.
 
6. Habitualmente estar leyendo un libro que me forme como cristiano. Si es posible, participar en un grupo de formación o Revolcadero, y leer cada día el evangelio del día, meditándolo.
 
7. En el trabajo, fiestas y espacios de diversión, abrir los ojos a quiénes están sedientos de amor, y ofrecerme a Cristo para ser manantial de agua pura. Prohibido no disfrutar de seguir a Cristo, especialmente en las fiestas y espacios de diversión.
 
8. Buscar una persona que me acompañe espiritualmente.
 
9. Disfrutar y crecer de la vida de Cristo participando de la vida de los Sacramentos de la Confesión y la Eucaristía de manera frecuente.
 
10. Cuidar a María, madre de Hakuna, y acabar el día con un piropo, oración o canción a la Virgen María.
 
 

ORACIÓN DE LOS SOLTEROS

Señor, pongo ahora en tus manos
la persona de la que algún día me enamoraré,
con quien compartiré mi vida entera.
Te pido que le bendigas, le cuides y le ayudes.
 
Donde quiera que ande,
bendice su camino, conserva su ánimo, guía sus pasos,
fortalece su corazón y muéstrale tu misericordia.
No permitas que nada dañe su capacidad de amar.
Aunque muy probablemente no le conozco todavía
llénalo de alegría y hazle generoso.
 
A mí, ayúdame a ser mejor para hacerme más digno
de estar a su lado;
que sepa esperar hasta el día en que le conozca,
que me prepare aprendiendo a amar a cada uno
como necesita ser amado.
 
Educa mi corazón para amar desinteresadamente.
Que viva ahora el misterio de la sexualidad como merece ser vivido.
Durante este tiempo de espera ayúdame a capacitarme
para amar al cien por cien.
 
Bendícenos y llénanos de amor.
Quiero vivir ya para él/ella pero, si no te importa,
que la conozca pronto.
Así sea.

ORACIÓN DE LOS NOVIOS

Me has llevado hasta la maravilla desde que en mi vida
entró el amor.
Pienso que te conozco algo mejor desde que conocí a N..
Gracias, y que en N. y con N. encuentre la paz y felicidad
que por mí mismo no podría alcanzar.
 
Queremos acertar durante nuestro noviazgo:
conocernos sin engaños,
relacionarnos sin tapujos,
darnos y aceptarnos como somos,
vernos como un regalo sin acostumbrarnos ningún día…
y tantas lecciones que necesitamos aprender.
 
Estamos poniendo las bases de lo que queremos que sea
la obra de arte de nuestra vida.
Que aceptemos las exigencias de este tiempo,
que aprendamos a esperar,
que nos acostumbremos a querer el bien del otro,
que dominemos los instintos para que luego
puedan ser vehículo del amor más limpio.
Que aprendamos a discutir, a respetar, a ceder y a no ceder,
que descubramos nuestro modo de perdonarnos
sin quedar resentidos;
que jamás se nos ocurra querer cambiar al otro
antes de comprenderle…
 
Y sobre todo, que crezca nuestra confianza:
que aprendamos a desnudar nuestra alma
uno delante del otro sin hacernos daño,
que siempre demos y recibamos ternura
—¡tu ternura!— uno del otro.
 
Venimos a aprender de ti cómo hacernos alimento,
a pedirte por todos los novios del mundo,
y a decirte que aceptamos el reto de enseñar al mundo
a ser novios con estilo cristiano:
libertad, entereza, paz, unión, perdón, don, gratuidad,
limpieza, alegría, ilusión, sinceridad…
 
Por último, en los momentos en que no sepamos
si seguir adelante o dejarlo, danos luz.
Que si yo no he de ser mejor por N. y N. por mí,
si no somos uno para el otro, sepáranos;
permítenos llegar, cada uno por su camino,
a encontrarnos de nuevo contigo en el Cielo.
María, ¡cuídanos!

ORACIÓN DEL MATRIMONIO

¡Enseñas el amor en un trozo de pan!
Pan blanco, venimos a mirarte en silencio,
a apoyarnos en tu pecho como Juan en la Cena última,
a acompasar nuestros latidos con los tuyos,
hasta desear ardientemente dar la vida hasta el final;
a aprender a amarnos mirándote,
hasta que también nosotros nos dejemos mirar sin miedos.
 
Jesús masticado por nuestros dientes…
Que siempre estemos disponibles el uno para el otro.
Que le cure con mi perdón y busque mi curación en el suyo.
Que incondicionalmente encuentre ternura en mí.
Que viva para alimentarle y saciar sus sedes.
Que me deje masticar por los dientes de sus imperfecciones.
 
Pan que has venido a pegar fuego en la tierra…
Que nuestro matrimonio arda.
Que tu amor le llegue por mi amor.
Que tu estilo sea nuestro estilo.
Que seamos imagen visible de tu amor invisible.
Que contagiemos vida, paz, unidad, alegría e ilusión.
 
Pan que eres carne viva…
Que tu infinitud le llegue en la ternura de mi carne.
Que la unión de nuestros cuerpos sea gozo del cuerpo y del alma.
Que llenes de fecundidad nuestra entrega.
Que entienda que ‘soy’ para ser su ayuda.
Que le haga la vida tranquila, alegre y divertida.
 
 
Pan vivo que das la vida al hombre…
El mundo necesita la luz de los matrimonios cristianos:
por quienes ahora lo pasan mal o tienen miedo,
por quienes viven separados física o espiritualmente,
por quienes heroicamente sufren alguna infidelidad,
por quienes han perdido la frescura del primer amor:
¡que no se pierda ninguno! ¡que no se pierda ninguno!
 
¡Tú, que enseñas el amor en un trozo de pan!

 ORACIÓN DEL ERASMUS

Gracias Señor mío, gracias por esta experiencia en este país.
Hazme realmente consciente del verdadero privilegio
que es para mí,
y ayúdame a aprovecharla:
no lo merezco,
tengo conciencia de que esta situación me endeuda.
 

Ayúdame a preguntarme repetidas veces:
«¿Qué quieres de mí en este viaje?».
Que no sea un tiempo para mí, sino para los demás.

Que no busque pasarlo bien, sino que otros lo pasen bien.

Que no desperdicie ninguna de las posibilidades
que me ofrece para enriquecerme.
Que aproveche esta situación para aprender a ser libre.
Que no confunda estos meses con un año sabático:
Aumenta mi hambre por prepararme lo mejor posible
para servir más tarde a la sociedad
e intervenir en el mundo para mejorarlo eficazmente.
 
Que cada día me acerque más y más a ti
y así sea luz para cada persona que me encuentre.
Que pueda transmitirte, no con palabras,
sino con mi alegría y ejemplo.
 
Que conozca y quiera cada día más a los que me rodean:
sus ilusiones, preocupaciones, intereses.

Que sepa que lo mejor que puedo enseñar a una persona
es a amar a las personas de verdad.

Que ame a cada persona nueva que conozca,
y me entregue a ella.
 
Que me abandone en ti,
consciente de que nada puedo sin tu ayuda.
En definitiva, que sea Cristo en esta universidad,
y que vea a Cristo en cada persona que me encuentre.

Porque es olvidándose de uno mismo, cuando uno se encuentra.
Porque es «perdiendo» el Erasmus, cuando uno lo gana.
Amén.

 ORACIÓN DESDE LA JUVENTUD

Quiero vivir la vida:
que sepa gozar de todo,
que no me venda a la falsa diversión,
que busque la felicidad en mi interior.
 
Quiero apostar por grandes ideales:
que sepa que mi vida vale mucho,
que no me venda a la mediocridad,
que busque servir y amar.
 
Quiero acertar en mis elecciones:
que sepa distinguir el bien y el mal,
que no me venda a ser como los demás,
que busque lo que vale la pena.
 
Quiero ser libre:
que sepa esclavizarme por amor,
que no me venda al capricho ni a la pasión,
                            que busque la libertad interior en ti, Señor.

 ORACIÓN DEL CONDUCTOR

Dame, Señor, mano firme y mirada vigilante,
para que a mi paso no cause daño a nadie.
Guarda hoy mi vida en todo instante.
A quienes me acompañan,
líbrales de todo mal, enfermedad o accidente.
Enséñame a hacer uso generoso de mi coche;
que no me arrastre la pasión de la velocidad,
y que, admirando la belleza de este mundo,
logre seguir y terminar mi viaje con toda felicidad.
Te lo pido, Señor, por nuestra Madre.
San Rafael, ruega por nosotros.
San Cristóbal, ruega por nosotros.
Amén

ORACIÓN ANTES DE COGER LA MOTO 

Por la intercesión de la bienaventurada Virgen María,
que tengamos buen viaje,
libre de multas, percances y accidentes;
que el Señor esté en nuestro camino
y sus ángeles nos acompañen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 ORACIÓN PARA HACER FELIZ A DIOS

¡Te respeto y te admiro!
Toda una vida contigo:
así quiero vivir yo.
 
Buenos días, Padre mío,
vengo a pedirte perdón.
Perdón por tanto pedirte.
Perdón por poco escucharte.
Hoy vengo solo a mirarte,
quiero aliviar tu dolor.
 
Pues puestos a no pedirte
no te pediría nada,
mas mi condición humana
se empeña en esta excepción:
                                    ¡hoy te pido que hoy sonrías!
¿Qué te hace feliz a ti?
Hoy te pido solo eso:
¡lo que a ti te haga feliz!

OFRECIMIENTO DEL DÍA

Oh Señora mía y Madre mía,
yo me ofrezco por completo a ti,
y en prueba de mi amor de hijo
te consagro en este día:
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
Oh Madre de bondad,
guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión tuya.
Así sea.

 

 ORACIÓN DE LA NOCHE 

 

Padre, aquí al pie de la cama
mi alma se eleva hasta Ti para decirte:
creo en ti, espero en ti, te amo con todas mis fuerzas.
Gloria a ti, Señor.
Deposito en tus manos la fatiga y la lucha,
las alegrías y desencantos de este día que quedó atrás.
 
Si los nervios me traicionaron,
si los impulsos egoístas me dominaron,
si di entrada al rencor o a la tristeza, ¡perdón Señor!
Ten piedad de mí si he sido infiel.
 
Si pronuncié palabras vanas,
si me dejé llevar por la impaciencia,
si fui espina para alguien, ¡perdón Señor!
No quiero esta noche entregarme al sueño
sin sentir sobre mi alma la seguridad de tu dulce
y gratuita misericordia, Señor.
Te doy gracias, porque invisible, cariñoso, y envolvente
me has cuidado como una madre durante todo este día.
Señor, relaja mis nervios, sosiega mi espíritu,
suelta mis tensiones, inunda mi ser de silencio y serenidad.
Vela sobre mí, Padre querido, mientras me entrego confiado al sueño,
como un niño que duerme feliz en tus brazos.
En tu nombre, Señor, descansaré tranquilo.

 ORACIÓN DE LA MAÑANA 

 Bendita sea la luz del día
y el Señor de los cielos que la envía.
Bendito su gran poder,
que nos trajo el amanecer.
 

ORACIÓN POR LA PAZ DE SAN FRANCISCO DE ASÍS 

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde hay odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, haz que yo no busque tanto
el ser consolado como el consolar;
el ser comprendido, como comprender;
el ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe,
olvidando es como se encuentra,
perdonando es como se es perdonado y
                      muriendo es como se resucita a la vida eterna. Amén.

 ORACIÓN PARA CONOCER LA VOCACIÓN

Señor mío y Dios mío, Padre y Amigo,
enséñame a quererte, enséñame a amarte
lo máximo posible.
Hoy vengo a ti a pedirte fe y fuerzas
para saber decirte que sí a todo lo que quieras.
Sabes que soy enteramente para ti;
haz de mí un instrumento fiel.
 
Tengo miedos y dudas, y siempre las tendré;
que eso no me impida seguir el camino
que Tú quieres para mí.
Toma mis manos impuras;
toma mi pequeño corazón y mi sucia alma.
Haz con ellos lo que Tú desees.
 
¡Oh, Espíritu Santo!
Dame luz para que sepa discernir mi vocación;
paciencia para descubrir lo que tienes preparado para mí;
alegría y caridad para hacer felices a los demás;
constancia para cumplir en todo tu voluntad.
Toma, Señor, mi memoria, mi entendimiento,
mi libertad y mi voluntad.
Soy todo tuyo y te amo.
 
· – Ven Espíritu Santo
inflama nuestros corazones
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras
en unión con Él
por la redención del mundo.
· + Señor mío y Dios mío Jesucristo
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón
y me ofrezco contigo al Padre
en tu Santo Sacrificio del altar
con mi oración y mi trabajo
sufrimientos y alegrías de hoy
en reparación de mis pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial
Por el Papa y sus intenciones
Por nuestro Obispo y sus intenciones
                                Por nuestro Párroco y sus intenciones

 ORACIÓN DE DESPUÉS DEL SÍ 

Ya te he dicho sí, Señor.
Te pedí consejo, fortaleza, ser valiente,
entender la situación, conocerla.
Señor, arranqué de mi corazón aquello en lo que me apoyaba
Y a quien me daba la vida…
Y es que para vivir contigo hay que morir primero.
Y eso me ha pasado: ¡he muerto para resucitar en ti!
El desgarro ha sido cruento;
la sangre brotaba, transparente de pureza,
por los ojos que hablan de tu verdad.
He subido la cuesta del Calvario contigo
y me he desprendido del amor que aquí me ata,
no sin antes suplicarte mil veces mirando al cielo,
gritando sin consuelo:
«Aparta de mí este cáliz, pero hágase tu voluntad».
Aún me queda tener sed, pedir agua y saborear vinagre;
aún me queda gritarte: «¿Por qué me has abandonado?»;
aún queda un maravilloso camino, porque tu yugo es fácil
y ligera la carga.
 
Con la confianza de que así lo has querido,
te digo que yo a ti me entrego y me abandono en ti.
«Deja tu patria, deja tu casa y ven tras de mí y sigue mis huellas,
que yo contigo estoy.
Toma tu alforja, toma el cayado y ven tras de mí».
 
Pues allí voy, Señor.
Gracias por la llamada,
perdón por la tardanza,
ayúdame a corresponderte.

ORACIÓN DEL AMIGO PESADO

 

Señor mío Jesucristo,
dame la gracia para poder hablar directamente
al corazón de mi amigo.
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento y mis palabras
para que sean las adecuadas.
Cambia mi corazón por uno nuevo,
derrítelo con el fuego de tu amor
y haz lo mismo con el corazón de mi amigo.
Tú tienes poder para hacer eso.
Yo confío en ti para cambiar los corazones
y limpiar las almas.
Solo soy un instrumento:
tu instrumento.
Si Tú quieres él cambiará;
si Tú quieres él se dará cuenta.
Solo te pido, Padre, que me dejes quererle como es,
porque si amamos solo a los que nos aman,
¿qué mérito tenemos?
Con la esperanza siempre de que cuanto Tú quieras
cambiarás su corazón,
yo mientras tanto estaré atento, paciente, servicial.
No permitas que hable mal de él;
no permitas que me separe de él.
Que sea mi cruz para salvar muchas almas.
Ayúdame a quererle.
Solo Tú, oh amabilísimo Dios,
tienes el poder de cambiar los corazones.
Te pido que cambies el mío y el suyo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.Amén.

ORACIÓN A LA VIRGEN «IMPRESCINDIBLE»

Mirándote con Cristo me recreo.
Tu espíritu de Reina te embellece.
No conoces ni sombra de la muerte.
Solo sabes decir sí.
 
Ofreces tu carne al Padre y a tus hijos.
Femenina, me proteges.
Solo te importa ofrecer tu Corazón
donde reclinar la cabeza.
De ti no puedo prescindir,
de ti no puedo prescindir.
 
Bendita entre todas las mujeres,
Tú que ignoras tu belleza.
Nada tuyo en ti ocupa lugar,
en ti quepo todo entero.
Contigo me siento único y tranquilo.
Tu mirada me comprende.
Tan solo yo quiero tener tu Corazón
donde reclinar mi cabeza.
De ti no puedo prescindir,
de ti no quiero prescindir.
Ni el mismo Dios pudo prescindir de ti.
De ti no quiso prescindir,
de ti no pudo prescindir.

ÁNGELUS

 

 V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.

V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Avemaría.

V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

ORACIÓN DEL ARTISTA

 

ORACIÓN DEL ARTISTA

Mi buen Dios, deseo encontrarme contigo en este rato que voy a dedicar a buscarte en la belleza. Quiero poner todos mis talentos a Tu servicio, para que a través de ellos brille Tu luz en el mundo.

Conciénciame, Dios verdadero, de que todo lo recibido es tuyo. Dame la fuerza de Tu Espíritu y un deseo ardiente de vivirte en los dones que me has regalado.

Concédeme un corazón agradecido y responsable que viva siempre en el asombro de Tu gratuidad. Que brille Tu belleza en cada obra que hagas nacer en mí, para que todo sea verdadero reflejo del Dios vivo que realmente eres.

Haz que todo lo que escriba, cante, baile, interprete, moldee o pinte, participe del gozo de Tu presencia. Que disfrutes con nosotros de este tiempo y seamos tu delicia.

Condúcenos a Ti a través de Tu amada creación, para que con la fuerza de Tu Espíritu ampliemos en el mundo Tu Abrazo eterno, por Jesucristo, Tu hijo amado, nuestro Pobre Loco y Señor.

Amén.

 

ORACIÓN DEL ESTUDIANTE

Accordion
 
 
Madre mía Inmaculada,
que por haber recibido en tu seno el verbo de Dios,
eres Trono de la Gloria y de la Sabiduría,
alcánzame la gracia de estudiar con orden y constancia,
con pureza de intención y afán de servicio.
 
Haz que mi trabajo me acerque cada día
más a ti y a tu divino hijo;
que nunca me olvide de ofrecérselo,
como ahora lo hago, para que mis horas de estudio sean,
de verdad, horas de oración.
 
Ayúdame también a lograr el fruto humano y sobrenatural
que Dios espera de mi estudio,
para que sacrificándome en el trabajo alcance
la dicha de amarte para siempre en el cielo.
 
 
 

¿Alguna duda?

¡Escríbenos y estaremos encantados de atenderte!

¡Gracias!
This field is required
This field is required
This field is required