Slope Time propone diez ejercicios diarios para estos cuarenta días. El objetivo no es el de coger hábitos, sino el de corregir relaciones. No se asemejaría a los alimentos, sino a las medicinas: una vez recuperada la salud, ya no hace falta tomar el complemento medicinal.

Nuestra insana relación con el tiempo tiene consecuencias tremendas para la persona: discernimos por sentimientos o explosiones, nos da vértigo cualquier decisión, nos deprimimos por no comprender el ‘ser’ de la cosas y el propio ‘ser’, las relaciones de amor las afrontamos sin saber esperar, lo que no es ya no sabemos esperarlo, violentamos para el crecimiento sin respeto, no disfrutamos del presente, no entramos en diálogo con el pasado, el futuro nos da miedo, no sabemos vivir ‘relajaos’, vivimos nerviosos, concebimos el tiempo como ‘oro’ y no como ‘gloria’…

Cuarenta días que sean una pendiente para coger la velocidad de la lentitud, que es la más rápida de todas.

Para ello se proponen 10 tracks que iremos ‘conquistando’ durante este tiempo. Durante los 10 primeros días se irá presentando cada día uno, cuya lucha se sumará a la del día anterior. Así, aditivamente, iremos conociendo los puntos que tendremos como objetivo durante los 40 días de Slope. Buscamos así meditarlos, comprenderlos, hacerlos nuestros. Después de los 10 primeros días -ya con todos ellos expuestos- iremos dedicando tiempo a recordarlos y reforzarlos de forma individual, durante los 30 días siguientes.

Slope Time es una propuesta para corregir nuestra relación con el tiempo. Cuarenta días de ejercicios extras dirigidos a reeducarnos en la temporalidad. ¡Necesitamos recuperar el presente y aprender a vivir y disfrutar en él! Además, Dios no es el que Era, ni el que Será: nuestro Dios es el Dios que Es: fuera del Ahora no le encontraremos.

Muy a menudo vivimos como autómatas, en una temporalidad sin presente. Podemos reconocer que en nuestro día a día es frecuente no sabernos llevar bien con el tiempo: al presente no le dejamos demasiado espacio, el futuro está lleno de sombras, al pasado no sabemos escucharle.

La espera nos parece una pérdida de tiempo, y nos hacemos ineptos para los procesos. Nos cuesta preguntar a cada realidad cuáles son sus tiempos, y aceptarlos. Trabajar para el futuro no nos renta.

Somos hábiles para los tiempos del ‘hacer’, pero no tenemos ni idea de los tiempos para el ‘ser’. Parece que la juventud la tenemos para hacer cosas en una competición por amontonar méritos en poco tiempo, para acumular experiencias heavy que no sabemos disfrutar —solo las vivimos por fuera porque no tenemos tiempo de ‘procesarlas’—, para ‘tener’ más o capacitarnos para atesorar más en el futuro, con un olvido casi insultante al lento e invisible enriquecimiento del ‘ser’.

Si nunca has hecho un Slope y/o no tienes grupo con el que comentar el track diario rellena este formulario:

¡hay un grupo esperándote para crear familia en estos días!